sábado, 25 de octubre de 2008

Amigos, Cargos, Ingratitud


Cual sentencia irrefutable, Jean Tousseal, víctima de un desengaño amistoso proclamó: "Cuanto más se aprende a conocer al hombre, más se aprende a querer al perro"

Hacemos referencia a conceptos y pensamientos también de grandes hombres del ayer, pero con vigencia, ya que en nuestro país se está perdiendo la solidaridad y la gratitud, y cito, a modo de ejemplo, a Honoré de Balzac, al decir que los seres mezquinos toman actitudes mezquinas para beneficiarse de los demás.

Exhortamos a la familia, algunos amigos y conocidos que no se desvanezcan por los cargos que les ofrece el Estado, ni que discutan, ni se enemisten por los vaivenes de la política y que pervivan siempre espiritualmente en el recuerdo algunas acciones nobles, como la honradez, la virtud, el amor y la práctica del bien.

Porque aquellos que en la actualidad ostentan posiciones, rangos, ramos y "quepis", como algunos generales, muchos endiosados, olvidadisos y desagradecidos, así como secretarios de Estado, directores y administradores, no piensan que nadie es indispensable. En realidad, "polvo eres y en polvo te convertirás. Narramos la real historia ocurrida en Argentina hace algunos años, cuando un multimillonario encontrándose muy enfermo llamó a su vástago y lo ordenó: "¡Hijo amado, quiero que al morir me deposites en el ataúd todo el dinero que tengo en los bancos!", a lo que él respondió, "¡Si papa, cumpliré tus deseos!". A los pocos días fallece el acaudalado y en el cementerio ante la presencia de cientos y cientos de personas, el hijo conmovido y entre sollozos pronuncia estas frases que debía ser las podarías: "¡Padre mío, he cumplido tus anhelos, depositándote un cheque con la suma que tenias en dichos bancos, pero sin firma, pero de nada te servirá, porque he comprendido que al final de la vida, todo, todo se queda! Adiós padre mío".

Si la humanidad o gran parte de ella asimilará esta historia como postulado, otro fuera su destino, porque la ambición, la hipocresía, las ingratitudes, constituyen hoy signo revelador del enorme desastre social en que vive la inmensa mayoría del pueblo dominicano y el mundo; por eso Martin Lutero dijo: "la humildad de los hipócritas es el más grande y más altanero de los orgullosos".

De algunos amigos, cargos e ingratos está saturada la conciencia de tantos hombres y pueblos, en una vivencias trasnochada, donde sólo se piensa en vivir bien, ganar dinero, dólares, euros, algunos esquilmando los bolsillos de clientes y gentes sin importar nada ante la ausencia de una República como la nuestra, careciendo de una institucionalidad efectiva, donde los comerciantes, supermercados, dueños de farmacias, panaderías, hoteles y hasta los chiriperos, su norte es obtener beneficios a través del agiotismo y la especulación y las instancias gubernamentales muy poco hacen. ¡Dios mío, líbranos y sálvanos de tantos ricos miserables y algunos funcionarios y ciudadanos prepotentes! Amén.

Fuente:
Articulo Periodico El Nacional
Domingo Porfirio Rojas Nina

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