viernes, 3 de abril de 2009

Habló el Papa


El Papa Benedicto XVI ha colocado a República Dominicana en el mapa de la atención de la prensa mundial, al exhortar hoy a sus autoridades a erradicar definitivamente la corrupción y a luchar contra la pobreza y el narcotráfico, a fortalecer la transparencia, la independencia jurídica, el medio ambiente y los servicios sociales.

Los señalamientos del Pontífice fueron hechos en el Vaticano, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador ante la Santa Sede, licenciado Víctor Grimaldi Céspedes, acto protocolar que fue aprovechado por el Obispo de Roma para advertir que todavía queda un largo camino por recorrer para asegurar una vida digna a los dominicanos.

No es usual que el Papa aborde con tanta profundidad y conocimiento de causa aspecto tan relevante de una sociedad en particular, aún se trate de la dominicana, forjada como cuna del cristianismo en las Américas, por lo que la exhortación del Pontífice debería ser objeto aquí de profunda reflexión.

Benedicto XVI ha pedido también erradicar las lacras de la pobreza, la marginación y la violencia, y poner mayor atención a los servicios sociales, asistenciales, sanitarios y educativos para que estén el alcance de toda la población.

Un breve acto protocolar, como el que se refiere a la presentación de cartas credenciales, quedó transformado por las severas, profundas y reflexivas palabras del Papa, en un podium de verdad en torno al dilatado drama de corrupción y marginalidad que se padece en estas tierras de primacías.

El Pontífice proclamó que al estado de bienestar social se llega mediante el cultivo de la honestidad y la transparencia, valores que parecen escasear entre gobernantes y gobernados. Se resalta de manera significativa el reclamo del Papa Benedicto para que se erradique la corrupción, que define como fuente de sufrimiento para los más pobres e indefensos.

La Iglesia dominicana también fue reclamada por el Papa para que converja en el fomento de la dignidad de las personas y en la búsqueda del bien común, y le advirtió que “nunca puede confundirse con la comunidad política”.

El reclamo papal para que en Republica Dominicana se erradique la corrupción, que considera fuente de sufrimiento para los más débiles, debería motivar una cruzada nacional contra ese flagelo, que acerca a unos pocos a un paraíso criminal y encierra a la mayoría en el infierno de la miseria e injusticia.

Fuente: Editorial periodico El Nacional

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