domingo, 1 de febrero de 2009
Amor en dos tonos
EXALTACIÓN
Coróname esta noche con tus brazos morenos;
quiero otra vez el filtro de tu caricia infiel;
aún percibo en mis manos el olor de tus senos
y en mis labios el gusto salobre de tu piel.
Tu cuerpo es el resumen de los goces terrenos;
mi ardor, como una llama, vibrará sobre él;
dame tu boca -estuche de cálidos venenos-,
dame tu lengua -pétalo de enervadora miel-.
Tiéndeme como rútilo manto tu cabellera
y déjame en tus flancos degollar la quimera;
verás que este espasmo de pura exaltación
perpetrará en tu vientre mi inquietud y mi hastío;
como guerrero exangüe sobre el escudo, ansío
yacer descoyuntado sobre tu corazón.
Jose Eustacio Rivera
LABIOS BELLOS, ÁMBAR SUAVE
Con sólo verte una vez te otorgué un nombre,
para ti levanté una bella historia humana.
Una casa entre árboles y amor a media noche,
un deseo y un libro, las rosas del placer
y la desidia. Imaginé tu cuerpo
tan dulce en el estío, bañado entre las
viñas, un beso fugitivo y aquel -"Espera,
no te vayas aún, aún es temprano".
Te llegué a ver totalmente a mi lado.
El aire oreaba tu cabello, y fue sólo
pasar, apenas un minuto y ya dejarte.
Todo un amor, jazmín de un solo instante.
Mas es grato saber que nos tuvo un deseo,
y que no hubo futuro ni presente ni pasado.
Luis Antonio de Villena
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